Skin & You KIDS Routine

La limpieza y tonificación facial en las mañanas es fundamental para mantener una piel saludable y radiante. Durante la noche, nuestra piel se regenera y elimina toxinas, por lo que al despertar es esencial remover los residuos acumulados, el exceso de grasa y las células muertas que pueden obstruir los poros. La limpieza prepara la piel para recibir mejor los productos que nos pondremos más adelante, mientras que el tónico ayuda a equilibrar el pH natural de la piel, minimiza la apariencia de los poros y proporciona una hidratación inicial.

Los serums faciales son productos concentrados con ingredientes activos que tratan problemas específicos de la piel como envejecimiento, manchas o acné. Su textura ligera permite una penetración profunda y resultados más efectivos.Al usar varios serums, aplícalos del más líquido al más espeso para asegurar una absorción correcta. Aunque muchos se pueden combinar, algunas mezclas son incompatibles: la vitamina C no debe usarse con retinol o ácidos exfoliantes en la misma rutina, ya que pueden neutralizarse o causar irritación. La solución es alternar su uso entre mañana y noche, o en días diferentes, para obtener todos los beneficios sin dañar la piel.

El humectante es un paso esencial después de aplicar los serums porque actúa como una barrera protectora que sella en la piel los ingredientes activos que acabas de aplicar. Los serums pueden ser deshidratar la piel o causar sensibilidad si no se sellan adecuadamente. El humectante, no solo proporciona hidratación adicional, sino que también crea una capa protectora que evita que la piel pierda humedad y mantiene los activos trabajando por más tiempo en la piel. Además, ayuda a evitar la irritación causada por ingredientes potentes como ácidos o retinol, asegurando que la piel mantenga su barrera natural saludable.

El protector solar (SPF) es el paso final e indispensable de cualquier rutina de cuidado facial, aplicándose siempre después del humectante. Este producto actúa como un escudo protector contra los rayos UV que causan envejecimiento prematuro, manchas, arrugas y daño celular. Es fundamental usar un protector solar de amplio espectro con SPF mínimo de 30, aplicándolo generosamente en todo el rostro, cuello y orejas, incluso en días nublados o cuando permaneces en interiores. El filtro solar no solo preserva los beneficios de todos los productos aplicados anteriormente, sino que también es la medida preventiva más efectiva contra el fotoenvejecimiento.

Debe reaplicarse cada 2-3 horas durante el día para mantener su efectividad, especialmente si hay exposición directa al sol o actividades al aire libre.